martes, 19 de mayo de 2015

La experiencia como productora del conocimiento.


Biografías.

Hipócrates de Cos
(Llamado el Grande; Isla de Cos, actual Grecia, 460 a.C.-Larisa, id., 370 a.C.) Médico griego. Según la tradición, Hipócrates descendía de una estirpe de magos de la isla de Cos y estaba directamente emparentado con Esculapio, el dios griego de la medicina. Contemporáneo de Sócrates y Platón, éste lo cita en diversas ocasiones en sus obras. Al parecer, durante su juventud Hipócrates visitó Egipto, donde se familiarizó con los trabajos médicos que la tradición atribuye a Imhotep.
Aunque sin base cierta, se considera a Hipócrates autor de una especie de enciclopedia médica de la Antigüedad constituida por varias decenas de libros (entre 60 y 70). En sus textos, que en general se aceptan como pertenecientes a su escuela, se defiende la concepción de la enfermedad como la consecuencia de un desequilibrio entre los llamados humores líquidos del cuerpo, es decir, la sangre, la flema y la bilis amarilla o cólera y la bilis negra o melancolía, teoría que desarrollaría más tarde Galeno y que dominaría la medicina hasta la Ilustración.
 Para luchar contra estas afecciones, el corpus hipocrático recurre al cauterio o bisturí, propone el empleo de plantas medicinales y recomienda aire puro y una alimentación sana y equilibrada. Entre las aportaciones de la medicina hipocrática destacan la consideración del cuerpo como un todo, el énfasis puesto en la realización de observaciones minuciosas de los síntomas y la toma en consideración del historial clínico de los enfermos.
En el campo de la ética de la profesión médica se le atribuye el célebre juramento que lleva su nombre, que se convertirá más adelante en una declaración deontológica tradicional en la práctica médica, que obliga a quien lo pronuncia, entre otras cosas, a «entrar en las casas con el único fin de cuidar y curar a los enfermos», «evitar toda sospecha de haber abusado de la confianza de los pacientes, en especial de las mujeres» y «mantener el secreto de lo que crea que debe mantenerse reservado».
Aunque inicialmente atribuida en su totalidad a Hipócrates, la llamada colección hipocrática es en realidad un conjunto de escritos de temática médica que exponen tendencias diversas, que en ciertos casos pueden incluso oponerse entre sí. Estos escritos datan, por regla general, del período comprendido entre los años 450 y 350 a.C., y constituyen la principal fuente a través de la cual es posible hoy hacerse una idea de las prácticas y concepciones médicas anteriores a la época alejandrina.
En esta colección, la llamada «Antigua medicina» es uno de los tratados más antiguos y más célebres y en él sugiere el autor, entre otras propuestas, investigar el origen del arte que practica, origen que halla en el deseo de ofrecer al ser humano un régimen de vida y, en especial, una forma de alimentación que se adapte de una manera completamente racional a la satisfacción de sus necesidades más inmediatas. Por este motivo, considera por ejemplo el aprendizaje de la correcta cocción de los alimentos como una primera manifestación de la búsqueda de una existencia mejor.
Por otro lado, los textos de la colección hipocrática demuestran sin lugar a dudas que la práctica de la observación precisa no era en el conjunto de la medicina griega una conquista de la época clásica, sino que más bien constituía una tradición sólidamente afianzada en el pasado y que a mediados del siglo V había alcanzado ya un notable nivel de desarrollo.


Aristóteles
(Estagira, 384-Calcis, 322 a.J.C.) Filósofo griego. Hijo del médico real de Macedonia, estuvo veinte años en la Academia de Platón, primero como discípulo y luego como investigador y como tutor. Candidato a ser el sucesor del maestro, se afirma (aunque es dudoso) que quedó despechado por el nepotismo de la elección de Espeusipo y marchó a Assos (Asia Menor), donde escribió su diálogo Sobre la filosofía (la «carta de Assos») y fundó un centro de estudio bajo la protección de su amigo Hermias, gobernador de Atarnea, con una de cuyas parientes, llamada Pitias, se casó.
Muerto Hermias (capturado y crucificado por el sátrapa Mentor), partió hacia Lesbos como huésped de Teofrasto; fiel a la amistad, compuso la Oda a la virtud, en memoria de Hermias y por la que veinte años después sus enemigos intentaron procesarle por impiedad. Aceptó luego de Filipo II de Macedonia el cargo de preceptor de Alejandro Magno (de 13 años), quien siempre conservaría un gran respeto por su maestro, le apoyaría económicamente e incluso le mandaría desde el Indo ejemplares de la fauna y de la flora de su imperio. Aristóteles se había trasladado mientras tanto de nuevo a Atenas y había fundado el Liceo, donde enseñaba paseando (de ahí el nombre de escuela «peripatética»), seguía sus investigaciones y análisis de datos, correspondientes a los más diversos campos (arte dramático, constituciones políticas, deportes olímpicos, zoología), y elaboraba una veintena de obras. Sin embargo, al morir Alejandro (a los 33 años), el clan de Demóstenes (autor de las Filípicas y, por tanto, enemigo de Aristóteles) se envalentonó y «el Estagirita» volvió a decidir su partida, para «ahorrar a los atenienses un segundo atentado contra la filosofía» (el primero lo habían cometido con Sócrates). Al año siguiente, moría en Eubea de úlcera de estómago.
Escondidas en una bodega (para protegerlas de los proveedores de Pérgamo), sus obras fueron olvidadas, descubiertas por azar, ordenadas y editadas por Andrónico de Rodas en la Roma de Cicerón, redescubiertas como totalidad en la Edad Media por los árabes, cristianamente interpretadas (bautizadas) por los tomistas y neoescolásticos, relegadas por los modernos y, por último, definitivamente rehabilitadas a partir de Hegel.
De ellas, la tradición ha recogido con el nombre de Órganon las obras de lógica: Categorías, De la interpretación, Primeros y Segundos analíticos, Tópicos y Refutaciones de los sofismas. Además de la Retórica, de la Poética (en parte) y de Sobre el alma, la «antropología» de Aristóteles comprende la Ética a Eudemo, la Ética a Nicómaco, la Política y la Constitución de Atenas. Sus obras sobre la naturaleza son Del cielo, De la generación y corrupción, los Meteoros, la Mecánica De las partes de los animales, De la generación de los animales, Sobre el caminar sobre el movimiento, etc. Los varios libros de la Física y de la Metafísica fundamentan y coronan el conjunto.
Gracias a él, sabemos de la ciencia positiva de la época y de los trabajos y concepciones de sus predecesores y contemporáneos. Aristóteles aporta siempre agudas y originales observaciones y no pocas de sus adquisiciones lo han sido de las ciencias naturales de todos los tiempos (algunas, incluso, no confirmadas hasta el siglo XIX): describió unas 400 especies (de las que disecó unas 50), distinguió entre animales «sanguíneos» (vertebrados) y «exangües» (invertebrados), clasificó a los murciélagos como mamíferos, describió la vida social de las abejas, distinguió entre insectos dípteros e himenópteros y entre rocas y minerales y aportó la noción capital de especie.
Clasificador y analista universal (de regímenes políticos, de géneros literarios, de categorías y de modos de razonar e, incluso, del ser y de las causas) y tan atento al fenómeno del lenguaje como reticente con los abusos del habla, Aristóteles se planteó además y sobre todo las grandes cuestiones de fondo: la estructura de la materia, la organización de la vida, el poder del espíritu y sus límites, la libertad del hombre y su sentido y la trascendencia misma de la divinidad y su misterio.


Arquímedes 
Nació en el 287 a. C. en Siracusa, Sicilia, aunque se educó en Alejandría (Egipto).
Arquímedes fue primo del rey Hierón II del cual fue consejero y responsable de la defensa de la ciudad. El empeño del rey Hierón era la construcción de una gran flota e hizo construir el Syrakosa, la mayor nave de su época, que en el momento de su botadura quedó embarrancado. Arquímedes con ayuda de poleas compuestas ayudadas por palancas apuntaladas en el casco consiguió levantarlo a flote ante la fascinación del rey.
Se anticipó a muchos de los descubrimientos de la ciencia moderna, en las matemáticas puras. Fue capaz de demostrar que el volumen de una esfera es dos tercios del volumen del cilindro que la circunscribe. Además, en mecánica, definió la ley de la palanca y es reconocido como el inventor de la polea compuesta. En Egipto inventó el 'tornillo sin fin' para elevar el agua de nivel. Famoso por el descubrimiento de la ley de la hidrostática, también llamado principio de Arquímedes, que establece que todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta una pérdida de peso igual al peso del volumen del fluido que desaloja. Se cuenta que este descubrimiento lo hizo mientras se bañaba, al comprobar cómo el agua se desplazaba y se desbordaba.
La mayor parte de la vida de Arquímedes transcurrió en Sicilia, en Siracusa y sus alrededores, y la dedicó a la investigación y los experimentos. Durante la conquista romana de Sicilia se puso a disposición de las autoridades de la ciudad y muchos de sus instrumentos mecánicos se utilizaron en la defensa de Siracusa. Entre la maquinaria de guerra destacan sus inventos de la catapulta y un sistema de espejos que incendiaba las embarcaciones enemigas al enfocarlas con los rayos del sol.
Cuando Siracusa fue conquistada durante la segunda Guerra Púnica, se cree que fue asesinado en 212 a. C. por un soldado romano que le encontró dibujando un diagrama matemático en la arena. Dicen que Arquímedes estaba tan metido en las operaciones que ofendió al intruso al decirle: "No desordenes mis diagramas".

Escribió varias obras:
1. Esfera y cilindro
2. Medida del círculo
3. Gnoides y esferoides
4. Espirales
5. Equilibrio de los planos y sus centros de gravedad
6. Cuadratura de la parábola
7. El arenario
8. Cuerpos flotantes
9. Los lemas
10. El método





Marco Vitruvio Polión
(Siglo I a.C.) Arquitecto romano, autor de tratado Sobre la arquitectura. Se desconoce el lugar y año de nacimiento del arquitecto, que vivió durante la época de César y Augusto. Maffei le consideró de Verona; otros creen que debió de nacer en Placencia, y algunos le juzgan natural de Mola de Gaeta, la antigua Formia; esta última suposición parece ser la mejor fundada.
Se sabe, sin embargo, que su existencia fue larga y activa: fue soldado, con César, en Hispania y Grecia, donde actuó como ingeniero militar. Luego residió en Roma, y allí trabajó en las construcciones imperiales. Julio César primeramente, y Augusto después, le ayudaron en su ancianidad con una subvención vitalicia, lo cual es una prueba del reconocimiento de ambos. En Roma compuso, durante los últimos años de su vida, su famoso tratado.
Lo mismo que las huellas de su existencia, también los restos de su labor han sido borrados casi enteramente por el tiempo; sólo existen algunos en la población de Fano, para la cual construyó Vitruvio una famosa basílica y un arco de triunfo augustal aún visible, aunque modificado. En el campo de la técnica se le debe la invención del módulo quinario en la construcción de los acueductos. Proyectó también máquinas de guerra y edificó muchos monumentos.
La fama de Vitruvio se debe al tratado De architectura, la única obra de estas características que se conserva de la Antigüedad clásica. Conocido y empleado en la Edad Media, la edición del tratado de Vitruvio en Roma en 1486 ofreció a los artistas del Renacimiento, imbuidos de la admiración por las virtudes de la cultura clásica tan propio de la época, un canal privilegiado mediante el que reproducir sus formas arquitectónicas. "Sus cinco órdenes -escribió Bradbury- construyeron Italia y siguen construyéndola todavía".
En realidad, Bradbury se quedó corto en tal afirmación, por cuanto en cualquier país y época, desde los tiempos de Roma hasta los nuestros, el neoclasicismo arquitectónico basó siempre sus propias normas en los órdenes griegos reducidos al esquema de Vitruvio. Posteriormente se publicó en la mayor parte de los países, y todavía hoy la obra de Vitruvio constituye una fuente documental insustituible, también por las informaciones que aporta sobre la pintura y la escultura griegas y romanas, con noticias de artistas y obras.
Sobre la arquitectura
Dividido en diez libros y compuesto probablemente hacia el 27 a. de C., Sobre la arquitectura es el único tratado orgánico de su género que la antigüedad nos ha transmitido. El texto, que tiene el carácter de manual de resumen y divulgación, y que refleja los procedimientos de la arquitectura romana durante el último siglo de la república, es a veces incompleto y oscuro. El autor, anciano ya y enfermo, dedicó la obra a Augusto, su protector.
El libro I comienza por consideraciones acerca de las cualidades y de los deberes del arquitecto y sobre la naturaleza de la arquitectura, entendida como ciencia y como arte, y de sus varios aspectos. La "aedificatio" implica, en efecto, la construcción de edificios públicos (clasificados según su objeto sea la "defensio", la "religio" o la "opportunitas") y la construcción de edificios privados ("gnomónica", "machinatio"). Alude después al problema urbanístico: la elección de lugares propios para la fundación de ciudades, el trazado de las calles, la construcción del recinto de murallas defensivas y la distribución de los edificios dentro del recinto.
En el libro II, después de indicaciones históricas acerca del desarrollo de las construcciones desde los primeros tiempos de la humanidad, Vitruvio trata de la elección y el uso de materiales de construcción y de las estructuras murales, con ejemplos prácticos de aplicación en obras romanas y griegas. En el libro III el autor describe los diversos tipos de templos dando normas de proporción y de simetría para las planimetrías y para cada una de sus partes, y ocupándose en particular de los de orden jónico. La columna asume en su concepto importancia capital en relación con las proporciones del templo, que están concebidas matemáticamente.
El libro IV trata de templos dóricos, corintios y toscanos, con preceptos técnicos y rituales de construcción. El libro V está dedicado a los edificios de utilidad pública: el foro, la basílica, el erario, la cárcel, la curia, los teatros, los pórticos, los baños, la palestra y los puertos. Vitruvio se confirma como experto técnico donde trata de los teatros y de los puertos, y hasta se le percibe innovador cuando cita y describe sumariamente una obra suya: la basílica de Fano.
En el libro VI, discurriendo acerca de los edificios privados, Vitruvio se libera de los tratadistas griegos y reflexiona sobre las razones técnicas y las diferencias de clima y de costumbres que han determinado disposiciones diversas en los edificios privados griegos y romanos. En el libro VII el autor da preceptos prácticos para los acabados (enjalbegados, pavimentos, decoraciones esculpidas y pintadas) que confieren a los edificios "venustatera el firmitatem". Estudioso de hidráulica y constructor de conductos hidráulicos, Vitruvio trata en el libro VIII de estas materias. Siguen en el libro IX los problemas geométricos y astronómicos aplicados a la "gnomónica". Finalmente, en el libro X, volviendo a basarse en los griegos, el autor habla de mecánica y de máquinas de paz y de guerra.
El pensamiento de Vitruvio se inspira en conceptos de racionalismo aritmético de origen pitagórico que se complican al combinarse con principios prácticos. En efecto, en su juicio interviene continuamente el elemento de la experiencia en el arte de construir. Desde un punto de vista teórico sus ideas son algo confusas, y su interpretación de algunas categorías sobre las que el autor parece fundarse no tiene nada de segura ("ordinatio", "dispositio", "distributio", "euritmia", "sinimetria").
El tratado tuvo suerte variada a través de los siglos, pero no ejerció una verdadera acción sobre el pensamiento artístico hasta León Battista Alberti (siglo XV) y los tratadistas del Renacimiento, y tuvo, gracias a la imprenta, vastísima difusión (la edición príncipe se imprimió en Roma en 1486). Sobre todo en el siglo XVI, la fama de Vitruvio se elevó aún más allá de los méritos reales de su obra: adquirió valor de rígido canon de la arquitectura antigua y, como tal, fue entendida en sentido normativo.
La más famosa traducción italiana del tratado de Marco Vitruvio Polión es la de Cesariano (1483-1543): Di Lucio Vitruvio Pollione e Cesare Augusto de Architetture... translato in vulgare sermone commentato et affigurato da Cesare Cesariano, cittadino mediolanense, professore d'architettura. Fue publicada en 1512, en Como, con adiciones arbitrarias de Benedetto Glovio y de Mauro Bono. Ésta difiere de las precedentes ediciones no sólo por su rica presentación tipográfica, sino por representar el primer ensayo de traducción en lengua italiana del tratado y por la amplitud de su comentario. En cuanto a la lengua, le fueron reprochadas su premiosidad y su oscuridad. A pesar de sus defectos, la edición estaba realizada con buen método, y revisada sobre los códices, de manera que constituyó un notable progreso con respecto a las precedentes. Además, su comentario mostró la vasta erudición de Cesariano, con frecuentes citas de los clásicos, especialmente de Plinio. La edición vitruviana cuidada por Cesariano tuvo una vastísima influencia en las que siguieron, hasta que la célebre traducción veneciana de Daniele Barbaro vino a constituir una verdadera superación de la de Cesariano.


Galeno
Nació en el 129 o 130 d.C. en Pérgamo, Asia Menor, hijo de padres griegos.
Estudió en Esmirna y viajó ampliando sus conocimientos hasta convertirse en el más destacado médico de la antigüedad además de Hipócrates. Sus estudios y observaciones dominaron la teoría y la práctica de la medicina durante 1.400 años.
Establecido en Roma, alcanzó gran renombre por su habilidad como médico y sus conferencias en público. Alrededor del año 169 el emperador Marco Aurelio le nombró médico de su hijo,Lucio Aurelio Cómodo.
Creador de la polifarmacia: Empleaba en gran escala los purgantes, vomitivos, sangrías y mezclas de remedios. Uno de estos llamado triaca tenía en su fórmula 64 substancias. Su terapéutica tendía a combatir la causa principal del mal con alguna substancia que fuera contraria:"Contraris curantur" que constituía el alma de su terapéutica, que combatía las fuerzas de reacción naturales en lugar de excitarlas y favorecerlas como sostenía Hipócrates. Diseccionó multitud de animales intentando demostrar cómo los distintos músculos son controlados a diferentes niveles de la médula espinal. Desveló las funciones del riñón y la vejiga e identificó siete pares de nervios craneales. Demostró que el cerebro controla la voz y que las arterias transportan sangre. Describió también las válvulas del corazón, e indicó las diferencias estructurales entre las arterias y las venas.
Además alcanzó fama como filósofo. En su tratado Sobre los usos de las partes del cuerpo del hombre compartía la opinión del filósofo griego Aristóteles de que nada en la naturaleza es superfluo. Sus escritos médicos, traducidos por pensadores árabes durante el siglo IX, gozaron de una gran consideración entre los médicos humanistas de la Europa del renacimiento. Fue el autor de más de quinientos tratados sobre medicina y filosofía.
Galeno falleció en Roma en el 200 o 216 d.C.

jueves, 14 de mayo de 2015


Tema: Las bases del Conocimiento
Introducción: La ciencia moderna intenta descubrir las leyes que rigen la naturaleza.

René Descartes (1896-1950)
Fue un filósofo matemático y físico francés considerado como el padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna así como llenó los nombre más destacados de la "revolución científica".